miércoles, 22 de diciembre de 2010

BOMBEROS DE ANTAÑO


BOMBEROS DE ANTAÑO

Nunca supe bien como llegué a ser bombero, creo que ninguno se da cuenta hasta que ya es demasiado tarde. Un amigo, un familiar, tal vez un vecino….y de repente se ve uno en el cuartel escuchando hablar a viejos bomberos, de los incendios de antes, de esas hogueras notables que tiñeron el cielo de rojo y levantaron a una ciudad de la cama, con la curiosidad viva por ver tan dantesco espectáculo lo mas cerca posible y en forma gratuita. Era la época en que el acontecer social del norte, en buena parte también se hacia en los incendios, allí contemplando las llamas, se enteraban y comentaban de las copuchas de un pueblo chico con incendios grandes.


Antofagasta progreso, la madera del siglo pasado en el centro de la ciudad, fue reemplazada por el cemento a fuerza del fuego incendiario. Esos bomberos lo sabían muy bien. Ellos estuvieron allí y lo recordaban hasta en sus detalles más pequeños, ninguno nunca llevo un registro de los incendios, pero estos aparecían a llamaradas en la conversación, con lujos de detalles. Cada movimiento, cada carro, cada escala era recordada claramente, como si esto hubiese pasado ayer. No importando que el suceso que acaparaba la atención, tenia cuarenta o cincuenta años de ocurrido y ya a nadie le interesaba mayormente.



Bomberos viejos, viejos jugadores de domino, de cuando existía el club Helénico y las parrandas terminaban en el barrio bellavista. Jugadores de los que esperan la carta que les viene con la propia en la mano, escogida una jugada atrás. Cosa rara me resultaban los bomberos, hablaban solo de incendios y cuando lo hacían sus ojos adquirían un extraño resplandor, o era solo la imaginación de un niño jugando a querer ser bombero, visitando un cuartel, escuchando historias o mirando una partida de domino


Ojito de pajarito en la mesa (Chancho uno), pasa el contrario, no importa cuando sea mano se sentara con lo que lo que lo hizo famoso en sus años de juventud, la diuca (Chancho dos), la partida a comenzado. Entre risas y recuerdos, alguno cruzara el ferrocarrilero (Chancho tres) en la línea blanca de puntos negros para dominar a lo maestro (Con el Chancho seis), si es que no lo juega antes “por si ocurre una desgracia” como perder y que esta carta, la mas alta, quede para la cuenta. Entrada la noche, cansados los cuerpos y agotados los recuerdos “se fue la tía p`al sur”, es el fin de la partida, mañana será día de revanchas, de enmendar jugadas y descontar puntos. Nosotros los niños condenados a la limpieza de los carros y el material. Dando brillo a cromados y bronces antiguos, que vencen al agua de mar y al tiempo, como si nada. Así se me pasaron los años. Esos metales nobles que con su brillo me acompañaron en mil incendios nocturnos, alumbraron mi camino de bombero, el paso de niño a hombre, de cadete a voluntario, de aprendiz a maestro. Sin darme cuenta tuve mis propias historias que contar, mis propios incendios apagados. Entonces presuroso corrí a la mesa de los viejos, para compartir mis aventuras, pero solo sillas vacías encontré. Ellos sin darme cuenta, habían partido uno a uno al ultimo llamado, habían pasado su ultima lista con nosotros, se fueron contando historias, revolviendo el domino, dando consejos, levantando escalas, se fueron silenciosos como pena de bombero en noche de funeral. Cumplieron su misión de paz, hicieron escuela, heredaron abnegación y respeto a una ciudad que siempre defendieron desde que solo fue una aldea de pescadores y mineros empinada a la orilla del mar.



Triste cierro la puerta del cuartel de la Segunda, y en la mudez de sus paredes altas y retratos fríos. En el silencio de una soledad oscura, se escucha el bullicio de un casino bomberil, el chocar de las cartas de domino al compás de un piano Alemán, el reír de hombres que vienen de un incendio cantando un himno antiguo…… Solo fantasmas de bomberos viejos, que sacaron agua de la arena y fuerza de la puna desértica para derrotar al fuego de norte





Ricardo Rabanal Bustos
Voluntario Nº 2272
Segunda Compañía de Bomberos
Salvadores y guardias de Propiedad

domingo, 28 de noviembre de 2010

EL LEON DE LA PLAZA COLON DE ANTOFAGASTA
Con su mirada felina y casi distante, el León de la Plaza Colon de Antofagasta parece mirar a la primera cuadra de la calle Sucre, a ver quien comienza a subir o quien es el último en bajar de la ciudad. Este felino de bronce noble parece el eterno guardián de una ciudad que al compás del reloj de los Ingleses, retrata las historias más humanas de una urbe que no se rinde jamás al desierto.

Cruzar el orfeón de retretas, escuchar las campanadas del viejo reloj casi Centenario y fotografiarse junto a tan magnífico león es sin duda el ritual y liturgia que cada Antofagastino ha hecho alguna vez en su vida. En cuantas casas y hogares hay alguna fotografía suya con algún ser querido que ya partió de este mundo. Él, nuestro León, nos recuerda el espíritu indomable, fiero y reinante de una ciudad que en su breve historia ha producido hombres y mujeres notables en las luchas y utopías que eligieron como norte de sus causas y quimeras más sinceras.

En lo alto de tan histórico monumento, dos mujeres de arrogante mirada y frío desprecio metálico, contemplan desde su aristocrática posición y tal vez con un dejo de bronceada envidia, la popularidad del guardián que a sus pies se yergue indómito con voluntad y fama propia, Cuantas mañanas de apurados trámites bancarios a visto pasar el león, cuantas tardes de bulliciosas risas infantiles escucharon sus metálicos oídos. Que pudieron ver en la oscuridad de la noche clandestina sus perpetuos ojos fríos, húmedos con la bruma marina costera que en las madrugas heladas y misteriosas, invade la plaza Colón de Antofagasta.

Tu magnífico ejemplar de bronce, campeón del desierto indómito y sereno guardián de una ciudad modesta, siempre has estado aquí, desde las primeras fotografías rodeado de caballeros de traje negro, bigotes abundantes y zapatos muy brillantes para una ciudad polvorienta con veredas de madera que recorrían sus calles de forma ligera. Cuantas damas de dulce mirada y correcto atuendo que paseaban y lucían elegantes la moda del comienzo del siglo pasado, pasaron junto a ti. En mi casa también estás, resguardas la infancia ida de un niño humilde que junto a su madre y a una abuela que ya partió de este mundo, una tarde de verano se fotografiaron en blanco y negro para la posteridad eterna del recuerdo propio.

Pasan los años, Rey de África anclado en el norte y tu eres el mismo y nosotros no. Por eso de cuando en vez y de vez en cuando una manito de gato que vitalice tu eterno metal siempre está bien, para que juntos a nuestros otros símbolos de ciudad, nos sigas acompañando gallardo y altivo, querido león de la Plaza Colón de Antofagasta por muchos, muchos años más,

jueves, 7 de octubre de 2010

CAJITAS DE FOSFOROS
Camino a mi casa, al subirme a un taxi colectivo, le dije al chofer, "me puede parar en los departamentos de la población Jorge Alessandri". Me respondió "¿Los departamentos de la población Alessandri?... perdone señor, pero no los conozco........ le contesté "Los edificios blancos que quedan en la calle Nicolás Tirado, esquina Avda. Héroes de la Concepción... ¿Departamentos blancos? ... "Blancos dice Ud."... ¡ah los nichos!... Sí... los nichos, contesté con resignación... Una vez más, el intento de elevar el lugar de mi residencia, a la categoría de edificios o departamentos había fracasado rotundamente. Debo reconocer que al principio me molestaba, más aún si coincidía un chofer que se venía haciendo chistes de la pequeñez de tales edificaciones. ¿Es verdad que cuando entra el sol, ustedes tienen que salir? O en la noche dejan colgados a los niños, o cuando se muere alguien sólo colocan la lápida en la puerta y listo. Como señal de protesta en varias ocasiones les reclamé por lo inoportuno de los chistes, sé de algunos vecinos que lo hicieron en tono más enérgico, muchas veces tales bromas venían de amigos, pero a ellos era más fácil decirles en buen chileno y mal castellano lo que pensaba a cerca de sus comentarios, con el tiempo, el viaje se hizo cotidiano. Además colocaron una garita de taxis colectivos en la población, así que sólo bastaba decir que uno llegaba hasta el terminal y asunto arreglado.
Pese al tiempo, que ha pasado desde su construcción, Siempre me he preguntado ¿Cómo en plena época de la informática, del despege económico y las exportaciones con inteligencia agregada, donde todos transmitimos sobre la calidad total y el fin de la historia y donde se vive declarando años internacionales del niño, la mujer y la familia, en reconocimiento a todos sus derechos, hayan diseñado y construido departamentos tan pequeños, que sólo llegan a contar con dos dormitorios, de dos por dos metros, habitándolos en algunos casos familias numerosas... y... ¿Si realmente la construcción reúne las condiciones necesarias para resistir un temblor de gran intensidad? .

Recuerdo que para una lluvia fuerte algunos departamentos de los cuartos pisos se anegaron y para un temblor de respetable intensidad hace algunos años, se agrietaron preocupadamente, al extremo que debieron construirles nuevas vigas de amarre, no consideradas en el proyecto original. Los maestros trabajaron varios días hasta que al final quedaron terminadas las estructuras que nos dieron más seguridad y mayor tranquilidad a todos.

Pero no puedo ser injusto, en mi caso particular, la entrega de tal departamento significó el sueño de la vivienda propia hecho realidad. Nunca podré olvidar la cara de mi madre cuando le dieron a elegir en el plano el departamento que quería. Ella es la verdadera propietaria. Atrás quedaban años de ser arrendatarios. Momentos hermosos y amargos sacrificios, por fin nos aprontábamos a vivir en lo nuestro. Las aspiraciones de lo propio, de lograr condiciones más dignas de vida, se estaban cumpliendo. Desde ese día empezaríamos a pagar lo que realmente nos pertenecía y esto creo se notaba en nuestras caras, le dábamos las gracias a Dios, y a todos cuantos nos habían ayudado en este sueño. Creo que así sintieron todos quienes llegaron aquí por primera vez, en varias ocasiones lo hemos comentado entre vecinos, concordando plenamente entre nosotros, juntos hemos formado una vecindad, que con sus problemas y virtudes trata de salir adelante esforzadamente.

Si bien la primera gratitud de vivir en lo propio a dado paso a la legitima busqueda de una justa ampliacion. Ampliacion que debera venir en los proximos años para intalar en formas definitiva a este conjunto habitacional en la modernidad de la que Chile goza hace varios años ya.



Ricardo Rabanal Bustos
Profesor

martes, 5 de octubre de 2010

LA BALLENA ASESINADA



Sabemos como eventuales conocedores de la fauna marina que existen ballenas asesinas, orcas creo que se llaman, estos gigantescos animales se desplazan silenciosos y boyantes tras embarcaciones pequeñas y en el más absoluto sigilo, se abalanzan contra tan indefensos navíos, partiéndolos en varias partes y devorando o toda su tripulación. Algo así como una mezcla híbrida entre el tiburón de Hollywood y Mobi Dick, la Ballena Blanca, de la clásica novela de Hernán Melville que conmovió a toda una generación en los mares de la aventura indomable.
Por otra parte esta especie de ballena podría ser algún tipo de vengador solitario, que hace pagar al hombre por lo que este le ha hecho por tantos años a las amigables y magníficas ballenas. Cazadas en forma indiscriminada y salvaje, en grandes buques factorías nordicos y nipones, que amparos en dudosos tratados de cuotas de caza, arrasan los mares del mundo incluido el nuestro, dejando al borde de la extinción a este gigantesco y magnifico animal que tanta fascinación despierta en la especie humana.
Dicen que las ballenas son excelentes navegantes, se conocen de memoria los siete mares y con un sistema como el sonar o algo así, pueden trazar fácilmente su curso, bueno casi siempre, de vez en cuando hay algunas que perdiendo su rumbo, quien sabe por que misteriosos motivos, van ha dar a las playas del mundo, allí gringos de pantalón corto, surfistas australianos o abrigados esquimales hacen sobrehumanos esfuerzos para liberarlas de estas prisiones de arena o hielo que atentan contra su vida, y lograr así que regresen rápidamente al mar. .. Si me parece estar viendo al Discovery Channel, Animal Planet o a la CNN transmitir en directo tan ecológicos esfuerzos para devolver estos cetáceos al océano o ver como un intrépido bote de goma de Greenpeace se interpone en la línea de disparo de un amenazante arpón japonés, a riesgo de la vida de sus tripulantes para salvar a una indefensa ballena.
Pero un buen día, una ballena tuvo la mala suerte de perder el rumbo frente a la bahía de San Jorge y venir a parar a las rocosas playas de Antofagasta. Este inusual evento pronto acaparó la atención de los vecinos del puerto. Casi inmediatamente empezaron a transmitir las radios locales, corrían gráficos y camarógrafos. Los periodistas se aprontaban a captar la curiosidad y expectación de la gente. Así como la opinión de los expertos en fauna marina. Yo como vivo cerca y al enterarme de la noticia, fui rapidito a ver de que se trataba nunca había visto una ballena en "vivo y en directo".
En el lugar un grupo de improvisados ecologistas locales hacían todo lo posible para devolver tan enorme animal al mar. Aunque debo decir que sus esfuerzos duraron poquito, algunos ya entre empujón y empujón tanteaban, la parte del bistec que podían obtener de semejante espécimen. Otros creo yo ya se imaginaban una fritanga con té caliente y un buen sándwich de ballena frita a orilla de playa para el desayuno. Los con visión de empresarios en productos del mar ya habían llevado algunos baldes y tarros de gran tamaño con filosos artilugios y solo esperaban comercializar pronto esta exótica y apetecida carne entre los antofagastinos y los restaurantes locales.
Con la noche llegó la oscuridad y con ella el fin de la ballena, era muy grande para nosotros, pequeña para los entendidos, fue imposible devolverla al mar. Su destino quedó trazado como el ancla a nuestro cerro, en cuanto su cuerpo se atoró en las piedras de la orilla de una playa olvidada en el sector norte de la ciudad.
Al regresar en la mañana, el espectáculo era dantesco, ¡una carnicería gigantesca con sangre aun tibia! Todos tratando armados de cuchillos, hachas, machetes, serruchos, punzones o simplemente a viva fuerza de llevarse un trozo de su carne. Gente ensangrentada, maloliente, exhausta por tanto esfuerzo de matarife imprivisado. En el aire, gaviotas y jotes revoloteando en círculos de muerte sobre los despojos abandonados en la orilla, que triste espectáculo dimos ese día aciago los Antofagastinos.
Las imagines televisivas dieron la vuelta al mundo ¿Antofagasta tendrá algo que ver con Antropófagos?... por lo menos suenan parecido. Como broma me llamaron familiares del extranjero para decirme "sabemos que la vida es difícil en el norte, pero será para tanto".
El tiempo ha pasado, cada vez que paso frente a la playa donde una vez varó una inocente ballena, solo reflexiono que este noble y poderozo, animal fue capaz en algunas horas sacar lo mejor y lo peor que los seres humanos llevamos dentro.


Ricardo Rabanal Bustos
Profesor

viernes, 1 de octubre de 2010

LA POZA CHICA DE ANTOFAGASTA
Te acuerdas del tiempo en que los niños debían obligatoriamente bañarse en la poza chica, aunque estuviera la marea baja y el agua les llegara a los tobillos, comentábamos con algunos colegas profesores una tarde de calurosos minutos de recreo........ Si eran los años en que el tiempo transcurría más lento, las horas daban abasto para todas nuestras actividades, existía más quietud y había espacio para todo. Podíamos ser exploradores de un mundo conocido, inocente y tangible, jamás virtual o electrónico. Un mundo que siempre nos deparaba una sorpresa de la cual aprendíamos las realidades humanas de la vida familiar y social en compañía de nuestros amigos de la infancia que en una ciudad pequeña como Antofagasta duran toda la vida y te los encuentras en cada esquina céntrica de la ciudad.
Siempre llegar a la poza chica y ganar un lado en los escalones reservados para los veraneantes a modo de asiento, que cubiertos con un techo de rejillas de madera protegían del sol insistente y estival a los más pequeños, fue toda una proeza de características casi épicas. Allí termos, canastos, toallas y pesados quitasoles de lona tomaban perfecta y ordenada ubicación, mientras madres y abuelas protegidas además de frondosos sombreros de géneros o crochet vigilaban atentas a sus querubines hacer piruetas en las atestadas y escasamente renovadas aguas de la poza chica de un domingo de verano por la tarde.
Lentamente las horas comenzaban a fluir, como la espuma blanca y amarga que flota alegremente y despreocupada en la puntilla. El maní confitado, los barquillos que se desintegraban en las manos húmedas, arrugadas y frías de niños flacos azulosos y tristones de frío. Niños que al salir del agua eran fuertemente refregados en enormes envolturas de toallas y poleras por sus madres. El turrón para los regalones vendido en perfecto traje blanco por el esparry, son sin duda alguno de los símbolos de otra Antofagasta, una que se fue lentamente, tal vez sin damos cuenta, que en su demora acaloraban y entretenían al paciente pasajero que después de subidas y bajadas sinuosas veía aparecer el parque Japonés, primer atisbo verde de un refrescante verano, simple en sueños y diversión infantil. Con el solo hecho de ver el mar azul con manchitas blancas revoltosas ya que comenzaba a pensar en el refrescante chapuzón que nos daríamos al llegar a las calmadas aguas del Balneario Municipal. Allí entre juegos, amistades, buceos, clavados, guatazos, carreras a pata pelá, guerras de arena, más por supuesto la construcción de un castillo de arena en la flaca orilla de la poza chica. Comenzaba a llegar la tarde y a aparecer termos y sándwich reconfortante para el regalón que le darían suficiente energía como para llegar a la casa y no irse pidiendo manzanas confitadas, helados de leche o los sabrosos churros calientitos que a esa hora de la tarde despedían un delicioso aroma que invitaba a servirse más de alguna docena que premiaba el gusto y castigaba el bolsillo de los más humildes veraneantes.
Hoy la Poza Chica está desapareciendo, nos quedó pequeña, pasada de moda, fuera de los estándares requeridos para una gran ciudad de cara al siglo XXI, tal vez esto es cierto, y al término de las obras veremos surgir una moderna playa que invita a ser parte del verano, del actual, el rápido, el con deportes de moda y ropas de marca que parece preocuparse más de la forma que del esparcimiento familiar en su esencia. Un verano con un sol más insistente y peligroso que parece querer enfermar y no solo acalorar para un buen baño.
Sin duda los tiempos, cambiar, pero para algunos nostálgicos la poza chica no desaparecerá jamás, porque fueron en sus aguas amigas y bajo la atenta mirada de nuestras familias donde algunos conocimos por vez primera el hermoso mar de mi querida Antofagasta.



Ricardo Rabanal Bustos
Profesor

sábado, 25 de septiembre de 2010

EL GALEON DE ANTOFAGASTA
¿Sabían que el Galeón está abandonado?, le pregunté a mis amigos, no teníamos ni idea!, me respondieron casi a coro. Así es no más. Una mañana camino a la playa me acerqué para mirarlo de cerca, una niñita sacaba una gruesa cadena con candado, de una puerta con rejas de madera. Los eslabones rasparon los palos y sonó como serrucho ronco, acto seguido me dio una mirada un poco despectiva, para luego subir a bordo, ¿Para qué si el barco está solo y a la deriva?, pensé. Parece que vive gente a bordo, me gustaría preguntarles si tiene fantasmas el abarco. Toda embarcación que se precie de tal, debe tenerlos, o si no, ¿Qué historias se contarán de ellos? Este galeón no sé si tiene fantasmas o penaduras, habría que preguntarle a los que hoy viven allí. Pero sí algo tiene que tener, esos son recuerdos. Recuerdos de los que un día lo abordaron.
Era el tiempo en que las discotecas del sector sur estaban por existir. Ese tiempo maravilloso de transición hacia esta actual modernidad que llega incluso a las pistas de baile o simplemente el tiempo de pasada juventud.
Desde la casa que arrendamos por años en la calle Atacama, lo veía cuando estaba en Balmaceda al final de Sucre , me parecía inmenso, boyante, casi místico, recién varado del mar, con su tripulación de piratas a punto de saltar a tierra firme. Nunca lo imaginé de otra forma, tenía que ser un galeón pirata, aventurero y valiente, casi al margen de la ley. Tal vez nuestros padres lo veían igual, por eso lo tenían censurado a los cabros chicos, "Es un antro de perdición, lleno de hippies y coléricos, que después salen a correr en sus austin minis o fiat 600 por toda la ciudad, atropellando niños o pacíficos ciudadanos" comentaban las madres, a modo de reproche y advertencia.
Recuerdo muy bien el primer día que lo abordé, fue una mañana de domingo con mi primer amor. A ella y a mí nos dieron permiso (Por separado), para ir al desfile en la plaza Colón. Antes, ya de acuerdo, nos encontramos en el mercado Municipal, entre lechugas, papas y frutas de la estación. Caminamos de la mano hasta la plaza y luego de repente, en una acción de rebeldía y desobediencia a nuestros padres, corrimos al galeón!. Allí nos besamos al sol de medio día, hacía calor, le invité una coca cola. Eran harto caros los refrescos para un estudiante, no importa lo disfrutamos igual, luego pedimos permiso para abordado, tomados de la mano, entramos. Era oscuro, con cojines de esponja y asientos por todas sus barandas. Ella se veía hermosa, tenía apellido francés, carnicería en el mercado, un perro pequinés y tres hermanos mayores buenos para los puñetes, que se los aforraban a cualquiera que mirara a su hermana, yo por suerte corría rápido en ese tiempo. Más besos. Se pasó la hora y llegó una pareja mayor, cerro ventanas, oscureció el puente, nos dio susto, mejor nos bajamos…. no importaba ya, el pololeo estaba sellado. Caminamos abrazados por la calle Prat, para nosotros atardecía, (Eran las tres). Las horas sólo hacían más intenso el amor, le anunciábamos a Antofagasta que éramos pololos, nada ni nadie podía separarnos, excepto sus hermanos, su abuela, su madre o la mía. Pero en definitiva, fue sólo el tiempo y la vida, quien nos dio caminos diferentes. Cerca de su casa nos despedimos, cada uno llegó por calles distintas. Nadie debía saber de nuestro amor, aunque dicho secreto era ya conocido por su familia, la mía, mis amigos, los de ella, además de las vecinas del barrio, pero eso después poco importó, sólo los dos importábamos.
Con la salida de ese domingo, el galeón había dejado de ser un lugar prohibido, por lo menos los domingos en la mañana! Además podíamos contarle a los amigos como era en su interior, decíamos conocer cada cuaderna y claraboya de este coloso del mar en tierra, conocíamos los ocultos secretos que en las largas horas de amor, el barco nos reveló, y podíamos contárselos a los amigos en detalle, aunque no en forma muy fidedigna, derecho reservado sólo a los aventureros como nosotros.
Pasó el tiempo, ella sigue tan hermosa como siempre, no sé si en el mismo barrio, yo me cambié p' al norte al igual que el galeón. Esta ma
ñana al ver sus viejos maderos al sol y su arboladura casi en el suelo, lo vi harto arruinado, mohoso y medio apolillado, si hasta tiene la botavara p'a bajo. Sólo espero que a mí me haya ido mejor que a él.

Ricardo Rabanal Bustos
Profesor

viernes, 24 de septiembre de 2010

LA CHIMBA DE ANTOFAGASTA





Pareciera tener personalidad propia, vivir independiente de Antofagasta por algunos meses al año. Declararse comuna en si misma alejada y cercana a la ciudad. Ser distinta con el paso del tiempo y los veranos de tardes calurosas y concurridos de niños morenos en eternos piqueros veraniegos desde las húmedas y astilladas tablas de un muelle de rieles oxidados que parece flotar cansado sobre las suaves olas de una playa de roqueríos mansos. En el horizonte como ventana multicolor de manchitas rojizas, se mecen tranquilos los faluchos boyantes de pescados frescos que en las abrigadas aguas... de la Chimba encuentran refugio seguro, es un encuentro que comienza a gestarse todas las mañanas frías de inicio de jornadas, los motores en humeante alerta, tenso los brazos en un par de remos de madera oscura que golpearan enérgicos las calmadas aguas de la bahía de San Jorge. Aceitados y limpios los compresores que llevaran el aire de la vida, preparada la carnada en los espíneles que alejados de la red esperan pacientes su turno para lanzarse al mar. Así estos vehículos del mar regresarán horas más tarde con su cargamento brincante en agónica danza final de peces que en sus ojos grandes se les extingue la vida.

En la orilla polvorienta, lo más parecido a Cartagena la humilde en la zona central comienza a tomar forma, es nuestra fraterna y concurrida Chimba. Allí a inicios del verano se comienza a instalar un pueblo alegre de lomas multicolores que con estacas y cordeles, resistirá los vientos y calores del verano, agarrado en las laderas duras de un pequeño cerro que domina el mar en atenta mirada. Junto con las carpas nacerán las calles de un pueblo de género que le dará vida al verano pobre de Antofagasta en bullangueras tardes de baño y pichangas futboleras que alegran el descanso y dan la sed necesaria para las regadas veladas cerveceras o petroleras que atenuarán las calurosas noches de la playa.

Puede ser la Chimba una playa rocosa y a veces sucia, en que las piedras y el ripio le ganan a la arena ploma color cemento, su agua es oscura y misteriosa y llega pausada a la orilla eterna. Si uno camina con atención, recorrerá los grandes roqueríos que forman las enormes acantilados,' nidos de gaviota y tumba de muchos que pagaron con su vida el amor a la pesca en las torrentosas aguas que golpean esta parte de lo que alguna vez fue una isla sólo de pájaros, lobos y lagartijas independientes del transitar humano molestoso. Asomarse con respeto, mirar con cuidado, escuchar silencioso el rugido del mar, el silbido del viento y el cantar de las gaviotas peregrinas y despreocupadas que vuelan al compás del viento.

Un niño camina en dirección a la playa, trepa sigilosamente por los rieles oxidados y se instala exacto en las maderas húmedas, desde allí tranquilo y alerta esperará el tumbo que pase a la distancia precisa para tirarse, en el tiempo exacto, un piquero perfecto que lo llenará de orgullo a él, y de intranquilidad a la madre que mira atenta desde la orilla, en otro lado de la playa, una niña juega con arena en compañía de su padre. Esa es la Chimba, familias simples y humildes que baja de los cerros y viven contentas el verano en la mejor casa de la .playa, que al compás de los vientos Antofagastinos bailará una cumbia veraniega de trapos serviciales y multicolores.


Ricardo Rabanal Bustos
Profesor

jueves, 19 de agosto de 2010

LA LECCION DEL SALITRE




La gran lección que nos entrega la explotación del salitre, es la ninguna previsión que se tomó para proteger el desarrollo de este territorio. Cuando murió el salitre, como producto de primera exportación murió también de alguna manera el norte como se conocía hasta esa época, murió la vida comercial e industrial que se desarrollaba con entusiasmo y vivacidad en estas tierras desoladas. Las personas debieron emigrar nuevamente, esta vez de regreso al sur. Las calles comenzaron a quedar vacías y los cerros y salares que una vez valieron una guerra, ya no representaban ninguna utilidad, excepto recordarnos nuestro propio pasado, en que veleros y vapores esperaban pacientemente su turno de ser estibados en los puertos del norte.
Pero muchos historiadores reconocen los años del salitre como “prósperos”. Acaso entonces entendemos que la prosperidad para la región y su gente en esa época fue comprar casimir en las pulperías o zapatos elegantes que hacían juego con el color de los ternos que llegaban en serie a los estantes de sastrería de esos abusivos comercios de la pampa.
Cuanto dinero del salitre se fue de esta tierra para convertirse en mármol elegante en alguna mansión santiaguina de la plaza Italia arriba. Cuanto salitre costaron los palacios de verano de Viña del Mar, que competían en opulencia y lujo, con las más finas mansiones europeas. Contrastando así brutalmente con las humildes casas de la pampa o las ciudades costeras que vivían del embarque del hasta entonces irremplazable oro blanco.
Cuando dinero quedó para siempre en los castillos ingleses o en las opulentas fiestas y salones del Hotel Ritz sede recreacional de John North, el rey del salitre chileno. O en las elaboradas arquitecturas de las mansiones de los comerciantes y banqueros salitreros de Nueva York, que también ganaron de estas riquezas chilenas.
Podemos hoy excusar a esos chilenos que teniendo el poder, no supieron visualizar el futuro sin el salitre y pensaron que su utilidad y precio sería eterno. Podemos excusar su decidía a estos territorios inexplorados ocultos, solitarios, constantemente ensangrentados y tan alejados de su cultura de hombres de campo en que el verde de los árboles aparecía a cada segundo en sus memorias de huasos santiaguinos. Esas autoridades, esos chilenos del centro, ganadores de una guerra, poco y nada tenían en común con el norte, es más, muchos de sus hijos y nietos habían muerto defendiendo un territorio que hoy solo les debía la vida de sus familiares.
Esas autoridades esos chilenos los pensadores e intelectuales de esa época pueden estar escusados por su ceguera histórica, no pensar en el futuro y ver solo a Chile como un país que empezaba en Copiapó y terminaba en el Archipiélago de Chiloé. Ellos obtuvieron lo mejor que se pudo de un territorio hostil que poco o nada les significó.
Pero esa misma condescendencia histórica no se puede tener actualmente con quienes dirigen y piensan la región y el país, así como con nosotros mismos que habitamos estas tierras y hemos en la actualidad, generado un sentimiento cultural propio. Así como la más variada representación en los más distintos campos del quehacer nacional.
La tragedia del salitre se yergue como un fantasma calichero que rechina cada cierto tiempo en nuestros oídos, a cada paso y recorrido que damos por el desierto. Allí están estos metálicos huesos de ballena calichera nortina oxidándose con los aires de la camanchaca. Allí están los adobes heroicos desmoronándose silenciosos y callados de regreso al mundo de arena y ripio que los vio nacer.
El pasado tiende a recordarnos el futuro, ya se escribía en el diario “El Ferrocarril” que la región se había transformado “En una especie de pequeña parte de la India Inglesa usufructuada por una multitud de sociedades anónimas organizadas fuera de Chile, sin ningún interés nacional, dejando a la nación una soberanía más nominal que real”. Además el propio presidente Balmaceda decía en un discurso pronunciado en Iquique “La propiedad particular es casi toda de extranjeros y se concentra activamente en individuos de una sola nacionalidad. Preferible sería que aquella propiedad fuera también de chilenos…”.
El salitre, su historia y sacrificio nos dice hoy que después de 70 años de cobre debemos generar un debate ciudadano, como se hizo en el pasado con grandes luchadores tales como: Eduardo Frei, Salvador Allende, Radomiro Tomic, Jonás Gómez, Andrés Savella, José Papic, Héctor Rojas Albornoz, Gonzalo Castro Toro, Ramón Silva Ulloa, Juan Luís Mauras, que aborden con valentía y transparencia nuestro futuro junto al cobre y después del cobre. No debemos ni podemos cometer el mismo error dos veces, la región, el país, nuestros hijos y nietos nos pedirán más temprano que tarde cuenta de nuestras acciones… y esta vez no tendremos excusa.


Fraternalmente



Ricardo Rabanal Bustos
Profesor

domingo, 15 de agosto de 2010

REMECER A CHILE



Sin duda el Plan Estratégico para el PDC, es un instrumento interesante que llama a la reflexión y no pretende definir la línea política de la DC, como el mismo documento lo dice, al mismo tiempo creo importante aportar ante todos mis camaradas algunas consideraciones para un real debate partidario.

Todos asumimos voluntariamente y con conciencia de organización política histórica, nuestro deber como militantes Democratacristianos, perseverando en la búsqueda de una organización interna más moderna y transparente que permita el pleno desarrollo y participación de todas las visiones del partido, dando paso a la aparición de nuevas ideas y liderazgos en un clima de respeto y fraternidad partidaria.

¿Pero solo bastará con aquello?....Desde luego que no… es aquí donde el mundo de las ideas y la voluntad política deben hacerse presente. Fuimos en una época, capaces de remecer a Chile desde sus cimientos, haciendo las transformaciones más revolucionarias y profundas que tal vez se hayan realizado en la historia de Chile. En cada sector de la nación: minería, educación, salud, economía, campesinado, organizaciones y derechos civiles, etc., dejamos volar nuestros sueños de justicia y libertad en dirección al país que habíamos soñado.

Los liderazgos sólidos y valientes que fundaron nuestro partido o que este produjo mas tarde, nos señalaron el camino, mediante el debate y la reflexión que cada militante en conciencia debía hacer y pusieron claridad a las grandes transformaciones que en el país necesitaba con urgencia para una época en que la violencia como vía para alcanzar el poder era validada por algunos sectores políticos de izquierda. Jamás nos alejamos de los valores, la moral y la ética que nos señalo la Iglesia y en muchas ocasiones logramos con mucho orgullo ser su voz, en el mundo de la política y el gobierno.

El partido entonces llevó la voz del conocimiento y la razón a los miles de chilenos que escucharon con claridad los argumentos técnicos y políticos de la Democracia cristiana Chilena, nos guiaba entonces la paz y la verdad, no las encuestas pasajeras, sabíamos lo que le hacía bien al Chile profundo y permanente en el tiempo. Nuestros líderes ya habían recorrido el país una y otra vez denunciando las injusticias de la pobreza y la desigualdad en una nación bendecida de la mano de Dios. Esa fue la tarea a la que se dieron nuestros padres fundadores durante muchos años solo armados con la solidez de sus argumentos, la claridad y elocuencia de sus palabras y la convicción interna de que su único compromiso era con la nación chilena.

Pero en estos años, algo nos paso en el camino, el triunfo de la derecha no radica en la imposición de sus ideas en los años de dictadura, sino que en la continuación del modelo mientras nosotros fuimos parte del gobierno, tratamos de matizar el sistema con algo de humanidad, es cierto , pero esa consigna y esfuerzo no resulto, las diferencias sociales ya estaban claramente establecidas y la derecha detecto mas temprano que tarde nuestras debilidades y titubeos en materias y áreas en las cuales antes nunca tuvimos dudas , sacándole de inmediato provecho a las debilidades y vacilaciones de un partido alejado de su propia doctrina, ideología he historia reciente. Mientras tanto como partido la perdida del sentido fraterno y solidario, la renuncia a la continuidad histórica con la DC de las grandes transformaciones y la incapacidad de distinguir entre lo trascendente de lo urgente, nos fue lentamente sumergiendo en disputas internas que ancladas en personalismos casi faraónicos que rápidamente renunciaron al mundo de las ideas para entrar al de las querellas y odiosidades personales debilitaron y disminuyeron aun mas nuestra querida DC.

Desde el principio de los ’90, sabíamos en conciencia lo que teníamos que hacer y no lo hicimos, ni nos dimos a la tarea de hacer conciencia a las nuevas generaciones de chilenos de lo que había pasado con los derechos conquistados y como estos se habían perdido en los años en que solo el mercado por la fuerza debía existir:

Un estado empequeñecido, sin recursos, con escasa voluntad de hacerse fuerte y protector y que además nosotros mismos ayudamos a desmantelar entregándole lo poco y nada que quedaba de su patrimonio saqueado, a los grupos económicos que hoy exhiben junto al poder económico alcanzado en ese tiempo, el poder político que en la actualidad casi a manera de burla o estrategia política levanta las propias banderas de la concertación para confundir mas a un Chile alejado del mundo partidista y programático que en su lejanía voluntaria lo ve todo igual.

El cobre, la viga maestra de la economía, como la llamó el Presidente Eduardo Frei Montalva, después de tantas luchas y toma de conciencia, nuevamente en manos extranjeras, generando fortunas inmensas en el extranjero y Chile sin la más mínima participación en la propiedad de estos yacimientos, todos ellos en manos de las nuevas Anacondas Company del Bicentenario…. olvidando la gran lección del salitre donde después de tenerlo todo solo nos quedaron las ruinas de las salitreras olvidadas en el desierto. Es aquí donde las palabras de Radomiro Tomic, “Quién controla el cobre, controla Chile”. Alcanzan una dimensión profética al ver la fuerza económica y política que han alcanzado estos grupos económicos, que no dudan en infiltrar al mundo político o alzar sus voces y golpean la mesa cuando algo no les parece bien mostrándose claramente como un poder real, existente en el Chile actual

Un sistema de pensiones que enriquece solo a sus dueños, entrega pensiones miserables a sus cotizantes y no deja participar al estado en una competencia legítima. Además le niega al ciudadano la posibilidad de elegir entre un sistema de cuenta individual o un sistema colectivo y solidario de pensiones respaldado y administrado por el fisco Chileno.

Aceptamos también un sistema de salud privado casi sin regularizaciones que castiga la maternidad, las enfermedades y a los enfermos y que intenta deshacerse rápidamente de los ancianos cuando ellos se vuelven mas vulnerables y costosos para el sistema. Todo esto afecta fundamentalmente a nuestra clase media, históricamente representada por la DC.

Un mundo del trabajo que ha sido abandonado por el partido. Junto a la importancia de la sindicalización como valida e histórica herramienta de los trabajadores para luchar contra los abusos patronales y dar justicia y equidad a la distribución de los ingresos en donde Chile muestra cifras de tremendas desigualdades que ofenden a nuestra propia historia y doctrina. Este vital espacio social fue dejado en un segundo plano y entregado a sectores más radicalizados que terminan alejando al grueso de los trabajadores.

Una vez fortalecimos y reformamos la educación pública, la entendíamos como el lugar donde el conocimiento, la excelencia y la igualdad encontraban su lugar común, dándole diálogo y entendimiento a la sociedad. Con nuestra reforma educacional logramos que al interior de la sala de clases se formaran alumnos y ciudadanos con un sentido social, crítico y colectivo que entendían el valor del bien de la comunidad por sobre el individualismo exacerbado. Hoy en día el sistema educacional replica y aumenta las diferencias sociales con insospechadas consecuencias para el futuro clima social de Chile…..y el debate solo se centra en los resultados académicos y no en una visión completa del sistema como lo hicimos en antaño.

El próximo debate político en nuestra junta nacional del 28 de mayo, debe dar paso al mundo de las ideas en planteamientos sobrios y de contenido que pretendan dar claridad al futuro de la DC en su rol de oposición, basta de discursos rimbombantes abundantes en palabras y carentes de ideas, siempre dichos por los mismos personajes en horarios estelares, en una especie de competencia de quien saca mas aplausos o vítores de la concurrencia. Todos estamos consciente de que es el tiempo de ser oposición, no basta ahora con ser constructivos y buenos fiscalizadores eso a esta altura es obvio, el desafío actual radicara en lo que seamos capaces de proponerle a Chile como DC… para que Chile vuelva a confiar en nosotros y tener la claridad como partido de generar en los nuevos liderazgos, los camaradas que le señalen un camino al país con la valentía y la consecuencia política de todos los camaradas anónimos y públicos, humildes y poderosos que hicieron grande este querido partido .

Fraternalmente



Ricardo Rabanal Bustos
Presidente Comunal PDC
Antofagasta


Democraciacristiana II Región ……..En la senda de Radomiro Tomic y Edmundo Pérez Zujovic